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martes, 10 de abril de 2012

EL JOVEN CANGREJO


Un joven cangrejo pensó: “¿Por qué todos los miembros de mi familia caminan hacia un lado? Quiero aprender a caminar hacia delante, como las ranas, y que se me caiga la cola si no lo consigo”.
Empezó a entrenarse a escondidas, entre las piedras de su arroyo nativo, y los primeros días le costaba muchísimo trabajo lograrlo. Chocaba contra todo, se magullaba la coraza y una pata se le enredaba con la otra. Pero las cosas fueron mejorando lentamente, porque todo puede aprenderse cuando se desea de veras.
Cuando estuvo bien seguro de sí mismo, se presentó ante su familia y les dijo:
- Fijaos. Y dio una magnífica carrerilla hacia delante.
- Hijo mío – dijo llorando la madre -, ¿has perdido el juicio? Vuelve en tí y camina como te han enseñado tu padre y tu madre; camina como tus hermanos, que tanto te quieren.
Sus hermanos, no obstante, se tronchaban de risa.
El padre se lo quedó mirando un rato severamente, y luego dijo:
- ¡Ya basta! Si quieres quedarte con nosotros, camina como todos los cangrejos. Si quieres hacer lo que te parezca, el arroyo es bastante grande: vete y no regreses más.
El buen cangrejo quería a su familia, pero estaba convencido de que tenía la razón. Abrazó a su madre, saludó a su padre y a sus hermanos y se marchó. Su paso despertó inmediatamente la sorpresa de un grupo de ranas que, como buenas comadres, se habían reunido en torno a una hoja de nenúfar para charlar.
- El mundo va al revés – dijo una rana -. Mirad aquel cangrejo y decidme si me equivoco.
- Ya no hay educación – dijo otra rana.
- Vaya, vaya – dijo una tercera.
Pero, todo hay que decirlo, el cangrejito continuó adelante por el camino que había escogido. En cierto momento oyó que le llamaba un viejo cangrejote de expresión melancólica, que estaba solitario junto a un guijarro.
- Buenos días – dijo el joven cangrejo.
El viejo le observó atentamente y luego le preguntó:
- ¿Qué te crees que estás haciendo? También yo, cuando era joven, pensaba enseñar a caminar hacia delante a los cangrejos. Y mira lo que he conseguido: vivo solo y la gente se cortaría la lengua antes que dirigirme la palabra. Mientras estés a tiempo de hacerlo, hazme caso: resígnate a caminar como los demás y un día me agradecerás el consejo.
El joven cangrejo no sabía qué responder y no dijo nada. Pero pensaba: “yo tengo la razón”.
Y después de saludar atentamente al viejo, volvió a emprender de nuevo su camino orgullosamente.
¿Llegará muy lejos? ¿Tendrá suerte? ¿Logrará enderezar todas las cosas torcidas de este mundo? Nosotros no lo sabemos, porque está todavía caminando con el coraje y la decisión del primer día. Sólo podemos desearle, de todo corazón: ¡Buen viaje!
Del libro:”Cuentos por teléfono” de Gianni Rodari - Ed. Juventud. 16ª edición. 1998

LA FORTALEZA INTERIOR



La fortaleza interior es necesaria para crecer espiritualmente y ayudar a que los demás crezcan. Esta fortaleza conforma nuestro carácter y permite disciplinar la mente. Una mente disciplinada es una mente pacífica y feliz. Una mente fuerte nunca se perturba.
La fortaleza de nuestro ser se nutre de la experiencia del silencio, de la conexión sutil con la Trascendencia y a nivel práctico de una actitud honesta y sincera ante la vida y los demás.
Las bendiciones de los demás son otra fuente de fortaleza para el ser. Recibimos bendiciones de aquellos a quienes hemos servido, y una buena forma de servir a los demás es compartir esta clase de fortaleza interna.
Aquellos que han incorporado las virtudes en su comportamiento y actividades, son los que pueden dar fortaleza a los demás. Compartir esta riqueza y sabiduría es dar un regalo invalorable. Podemos evaluar nuestro nivel de fortaleza interior observando la calidad de nuestras respuestas en las situaciones y en las relaciones. Ejemplo:
El que es fuerte da, el débil tiene expectativas.
El que es fuerte cambia y transforma, el débil se queja.
El que es fuerte sabe perdonar, el débil guarda resentimiento.
El que es fuerte cree, el débil… duda.
El que es fuerte fluye, el débil mide y calcula.
El que es fuerte permite, el débil pone límites.
El que es fuerte puede doblarse, el débil se rompe.
El fuerte calma y tranquiliza, el que es débil clama y se agita.
(Anónimo)

LAS SIETE MARAVILLAS

El maestro pide a los alumnos que compongan una lista de las 7 maravillas del mundo. Más tarde pidió lean su lista. 
A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por lo siguiente: 
1. Las Pirámides de Egipto 
2. El Taj Mahal 
3. El Coloso de Rodas 
4. Los Jardines Colgantes de Babilonia 
5. El Coliseo de Roma 
6. La Muralla China…
El maestro buscaba consenso para la séptima maravilla cuando notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista, así que le preguntó si tenía problemas para hacer su elección.
La muchacha tímidamente respondió: "Sí; un poco. No podía decidirme, pues son tantas las maravillas....." El maestro le dijo: "Dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte".
La muchacha, titubeó un poco y finalmente leyó: "Creo que las siete maravillas del Mundo son: 
1. Poder pensar 
2. Poder expresar 
3. Poder actuar 
4. Poder oír 
5. Poder servir 
6. Poder orar 
7. Y la más importante de todas... poder amar."
Después de leído esto, el salón quedó en absoluto silencio.... Es muy sencillo para nosotros poder ver las obras del hombre y referirnos a ellas como maravillas, cuando a veces pasan desapercibidas las maravillas que Dios hace en nosotros con su gracia y que cada uno debe desarrollar. ¡Fuiste creado por Dios para ser una maravilla!
(Anónimo)