Por: Sandra Becerra
En la medida que el ser humano se apegue a las cosas y a las personas, no conoce ni comprende profundamente el valor de dichas cosas o personas, puesto que el capricho, como idea arbitraria sin razón alguna o aparentemente clara, busca llamar la atención.
Por supuesto, hay personas carentes de reflexión que tienen por alto sus emociones o sentimientos, sin considerar superarse a sí mismo (a) de sus fracasos, tropiezos o miedos sin el ánimo de entender, que los demás o las cosas están en la vida por alguna razón y no para quedarse eternamente.
Entendido lo anterior, valorar las cosas o los bienes, en sí, todo aquello que nos rodea y que hacemos uso cotidiano de las mismas, requieren de la ética del cuidado, que va más allá,de usar y desechar, de comprar y gastar, de utilizar y romper, se trata de apreciar, estimular, reconocer, cuidar y proteger, de modo que, con una sola cosa que funcione sea suficiente, para conquistar la importancia de lo que tenemos y ésto incluye a las personas,
El truco está en reestructurar el interior, fortalecer el ser, generar más confianza o seguridad, paso a paso, las decisiones tomadas contribuirán al mejoramiento de sí mismo (a), motivando el desarrollo de habilidades por la enseñanza de otros, ganar experiencia al conocer gente y apreciar los propios talentos a través de las lecciones de vida.
Ante la perdida, antes de enfocarse en el fracaso, el dolor, la pérdida, es menester, comprender que es natural del ser humano pasar por diferentes situaciones que, de alguna manera, hace que se enfrente a la realidad que no quiere ver. El punto es, aceptar lo que no se puede cambiar, no quedarse con ésto tampoco, y hacer visible la resiliencia en todo el estilo de vida, que se fortalece gracias a los vínculos de afecto que la persona crea a lo largo de toda la vida capacitándola para enfrentar cualquier adversidad, estimulando de tal forma su desarrollo biológico, psicológico y social.
En otras palabras, es hacer de sí mismo (a) una fuente de energía que funcione como un protector de caída (Adams), pues no es suficiente con intentar sino hacer que todo funcione bien. Por ello, es necesario establecer metas para motivarse, ya que en la vida real, el liderazgo es necesario, por experiencia, conocimiento y entusiasmo para encausar la existencia.
Fracasar es normal, pero es más el tener carácter, sabiduría y autorregulación para aprender de la adversidad- jamás te guardes el fracaso, no te calles tu frustración o tu dolor, pues el objetivo es cambiar la idea negativa del apego, del error, pues ayuda a la perseverancia, a pesar de las caídas o las perdidas.
Aprenda de los errores, valora quien eres, lo que tienes , no esperes a perder lo que aprecias, amas o estimes.
Ten en cuenta las siguientes pautas, dadas por Scott Adams, célebre padre de la caricatura Dilbert:
1. No se frustre: los eventos externos no pueden acabar con su valía personal.
2. Responsabilícese: analice qué cosas hizo mal y acéptelas en lugar de echarle la culpa a otros.
3. El fracaso es pasajero: no crea que las derrotas son personales. Si lo pone en perspectiva será más fácil levantarse de esa caída.
4. Siga intentando: es importante aprender de los errores pero una vez incorpore las enseñanzas, olvídese del fracaso.
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