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martes, 19 de junio de 2018

DISCIPLINA EN CASA Y EN EL COLEGIO

La disciplina es método y guía saber de una persona, referente a cuestiones morales. Está estrechamente relacionada con el respeto a las reglas, las leyes o las normativas dentro de algún ámbito.  Por lo general, la disciplina exige respetar un cierto código de vestimenta, cumplir con un horario y dirigirse a los superiores de una manera en particular, entre otras obligaciones. 
Ahora bien, la disciplina personal o autodisciplina, se vincula al comportamiento o a la actitud de alguien., puesto que se compone  de pautas y comportamientos que alguien lleva a cabo, de manera constante y férrea, en beneficio de la estabilidad emocional y de la consecución de los objetivos que se ha marcado, de alcanzar sueños, metas u objetivos.
De esta manera, se establece que este tipo de disciplina propia se sustenta en principios o reglas básicas como la fuerza de voluntad, la persistencia, constancia, dedicación, la aceptación y la laboriosidad. Elementos todos ellos que se convierten en la clave para establecer nuestra disciplina y, por tanto, para alcanzar los fines que nos hayamos marcado. La autodisciplina se puede adquirir de múltiples formas, siempre y cuando tengas claro lo que anhelas. 
Aquí algunas pautas:
PARA LA VIDA PARA LA ACADEMIA
Centrarte en los beneficios. Tarea y beneficio que recibirás. Es contar con algún tipo de recompensa para obtener y mantener la motivación. 

Trabajar en pro de una meta realista y específica. Céntrate en ellos cada día.

Utiliza la visualización. Imagínate cumpliendo tu sueño.

Inspírate. Lee libros motivadores de los grandes maestros y ve películas inspiradoras. Relaciónate con aquellas personas que comparten tus objetivos o ya los han logrado.

Todos los días revisa tu motivación y tus objetivos. Registra tus esperanzas, sueños, dudas y victorias.






    Fija horas de trabajo y síguelos. Si empiezas a las 08:00 o 09:00, haz el compromiso de empezar trabajar sea la misma hora cada día y nunca ceder bajo ninguna circunstancia.

      Hazte disponible. Esto puede parecer contraproducente por el hecho que las interrupciones son desagradables y hay que evitarlas a toda costa. Sigue siendo correcto, no te aísles por completo. Esta táctica también te ayuda prever el caer en el mal hábito de dormir esos 30 minutos extra por la mañana.

      Reserva bloques de tiempo cada día para realizar tareas que necesariamente no son relacionadas con proyectos específicos. P ej., dedica 10 minutos cada mañana o tarde para actualizar tu vocabulario. O dedica los últimos 20 minutos para repasar o reserva esos bloques de tiempo para realizar un trabajo más enfocado. Condiciona tu mente en el enfoque durante el resto del día.

     Dedica un poco de tiempo al final del día para priorizar las actividades que hay que hacer al día siguiente. O hazlo por la mañana cuando empiezas tu día. Esto te ayuda a prepararte mentalmente para lo que va a venir y también te da un punto de partida de tu día.

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