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domingo, 23 de octubre de 2016

Cultiva y alimenta tu interior

UNDÉCIMO

La vocación y la profesión son vocablos completamente distintos. El primero está más relacionado con lo que te gusta, tu sentido en la vida, mientras que el segundo es un término utilizado de manera general, para hacer alusión a la ocupación, oficio o actividad de una persona. 

La profesión es el empleo o trabajo que alguien ejerce y por el que recibe una retribución económica. Por lo general, las profesiones requieren de un conocimiento especializado y formal, que suele adquirirse en Centros de educación superior. Aquel que ejerce una profesión se conoce como profesional, ya que ha cursado estudios superiores y cuenta con algún certificado o diploma que avale su competencia para desempeñar un puesto en particular.

La vocación, en cambio, es aquello que te agrada y que bien puede consistir tus múltiples experiencias, teniendo en cuenta tus valores personales, las cuales dan sentido y dirección a tu vida. Puede afirmarse que la vocación es la pasión voluntaria de una persona por realizar alguna actividad, ya que al hacerla, ésta le retribuye un sentimiento de realización y de satisfacción con el trabajo cumplido.

En el momento en que descubras tu verdadera vocación tendrás la oportunidad de hacer de tu futuro profesional el mejor posible para ti. Lo importante es elegir el camino a seguir según tus habilidades y preferencias, sin interesar la línea profesional que elijas, ya que tu personalidad debe ser acorde a la labor que decidas realizar por el resto de tu vida.

Sin embargo, se unen dos términos más a la vocación y a la profesión, y son, el oficio y el hobby.

El oficio es una actividad laboral que requiere el dominio de una habilidad específica. Por ello muchas veces se lo asocia con actividades físicas (albañil, masajista, mecánico) o que no implican un trabajo físico (consultor, dibujante, peluquero).

Un oficio no requiere necesariamente estudios formales, y se puede adquirir el conocimiento a través de cursos o programas informales ya que su aprendizaje se da en la práctica. La única forma de que aprendas un oficio es haciéndolo. No importa cuánta teoría estudies sobre cómo cocinar, si no practicas no dominas la habilidad. 

Algunas profesiones se originan como oficios y, a medida que se perfeccionan, se convierten en profesiones. Por ejemplo, no hay una profesión que habilite a alguien para ser coach sino que es un conocimiento que se adquiere en la práctica. Sin embargo, puede ser que se formalice un proceso de enseñanza de esa actividad y se convierta en una carrera de estudios superiores.

El hobby, en cambio, es una actividad que se realiza por placer durante el tiempo libre y su valor reside en el entretenimiento de quien lo ejecuta. No busca una finalidad productiva y por ella no se recibe una retribución económica, pero si para la calidad de vida.

Una misma actividad puede ser una profesión o un hobby, por ejemplo jugar fútbol. Lo que diferencia a un amateur (aficionado) de un profesional es que su motivación es el amor o la pasión por una cierta actividad y no el fin de ganar dinero por realizarla, aunque se ame aquello por lo cual le pagan. Sin embargo, un amateur puede ser tan hábil como un profesional.

Para tener en cuenta:

  • Toda profesión tiene algo de oficio, en tanto ejercer esa profesión implica aprender en la práctica.
  • Todo oficio puede ser realizado de una manera profesional, si se lo realiza con calidad.
  • No toda vocación debe transformarse en un oficio o profesión, sino que puede canalizarse como un hobby si se encuentra satisfacción en su realización, independientemente de lo que obtengas a cambio.
Ante la nueva decisión de un futuro promisorio, no se equilibrará el sueño con el querer, sin antes hacer del presente algo tan propio, que incida en ser feliz, para sentirse realmente realizado y motivado a alcanzar los propósitos que se han planteado.

Una de las acciones que encierra muchas más, es la capacidad de asombro, a su vez es una habilidad y un don, que permite reconocer, apreciar las maravillas de la creación y el entorno que nos rodea en nosotros. Hace que la conciencia física o intelectual, se aprecie desde el paradigma, es decir, ver de manera distinta, sentir con el alma y nuestro cuerpo emita las vibraciones, de maravillarnos, de lograr que las cosas cotidianas despierten nuestra curiosidad o nuestra atención, por lo tanto:

Comienza el día cantando, la música es alimento para el espíritu. Canta cualquier cosa, así estés desafinando, pero canta. Cantar dilata los pulmones y abre el alma para todo lo bueno que la vida le ofrece. De lo contrario, escucha música y déjate llevar por ella.

Ríete de la vida, ríete de los problemas, ríete de ti mismo. La gente comienza a ser feliz cuando es capaz de reírse de sí misma. Ríete de las cosas buenas que te suceden. Ríete abiertamente para que todos se puedan contagiar de tu alegría. No te dejes abatir por los problemas. Si procuras convencerte que estás bien, vas a terminar convenciéndote que realmente lo estás, y cuando menos lo pienses te vas a sentir bien.

El buen humor, así como el mal humor, se contagian. Si estás de buen humor, las personas a tu alrededor también lo estarán y eso te dará mas fuerza. Lee cosas positivas. Lee buenos libros, lee poesía, porque la poesía es el arte de avivar el alma. Lee romances, historias de amor, o cualquier cosa que haga reavivar tus sentimientos mas íntimos, más puros.

Practica algún deporte. El peso de la cabeza es muy grande y tiene que ser contrabalanceado con algo. Además te vas a sentir bien dispuesto, más animado, más joven. Encara tus obligaciones con satisfacción. Es maravilloso disfrutar lo que haces y que encamine al bienestar de todos los sentidos y facultades. 

Pon amor en todo lo que está a tu alcance. Cuando te propongas hacer algo, hazlo. No dejes escapar las oportunidades que la vida te ofrece, ellas no vuelven. No eres tú que está pasando, son las oportunidades que dejaste ir. Ninguna barrera es infranqueable si estás dispuesto a luchar contra ella. Si tus propósitos son positivos, nada podrá detenerlos.

No dejes que tus problemas se acumulen, resuelve cada uno  lo antes posible. Habla, conversa, explica, discute, perdona. Lo que mata es el silencio, el rencor, el remordimiento, el odio y el no ver la realidad con resiliencia. Exterioriza todo, deja que las personas sepan que las estimas, las amas, que las necesitas, y principalmente en familia.

Cultiva y alimenta tu interior y él hará que brote belleza en ti.

¡SÉ FELIZ!

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